Cuando vas a coger un vuelo en un aeropuerto estás tenso, tienes miedo a equivocarte de puerta de embarque, tienes miedo a las turbulencias, incertudumbre por saber quien te tocará en el asiento de al lado, si el piloto tendrá experiencia… pero te embarcas, porque te puede la ilusión y las ganas de llegar al destino, de lo que te espera al otro lado. ¿Por qué vas en avión? Si en tren o en coche irías más relajado, por el tiempo. Quieres disfrutar de tu destino sin perder tiempo en el trayecto. Eso te pasa con tu negocio. No confías en un mentor, tienes miedo a no tener los resultados que están esperando, no confías en el proceso y entonces no haces nada, porque el miedo a lo desconocido te frena. 

¿Y si lo imaginas como ese viaje soñado? Y si el destino te hace sentir tan bien, que merece la pena pasar por esas emociones tan incómodas. Y lo mejor de todo, en este viaje puedes recuperar la inversión.

Esta es la última vez que abriré las inscripciones por un tiempo indeterminado.